Dimos un paseo y al salir nos encontramos de frente con este hombre en bicicleta. Seguro, un inventor.
Y de bicicletas iba la cosa, porque tirando para la plaza Plum, pasamos por la Bricolade, y dio la casualidad de que estaba abierto el taller. Habían traído bicis nuevas, entre ellas una preciosa bicicleta dorada, con mil monerías y lo más importante, funcionando.
Llevaba tanto tiempo detrás de una bici que ni me creo que ya tenga una.
No hay comentarios:
Publicar un comentario