Por aquí hace ya frío de chaquetón. O algo así. Porque el tiempo cambia de humor a menudo y de forma brusca. Menos mal que mañana (cruzo los dedos) llamarán a la puerta las cajas españolas. Llenitas a rebosar de mi armario de invierno.
Los franceses visten diferente. Tienen un estilo muy marcado, cosa que se nota hasta en la oferta de las grandes cadenas como HyM o Springfield. Me gusta, sobretodo, pasear por la calle y sorprenderme de repente con la bonita forma de vestir de alguien. Ellos, además, pasaron del chándal y del vaquero+camiseta hace tiempo. La moda es definitivamente algo en lo que fijarse en Francia.
Después del partido de baloncesto de anoche en el que me atiborré de nachos y de foie-gras me puse las pilas hoy. Ya pedí la CAF (directamente en la secretaría de la residencia), hice una transferencia, y ordené todos los papeles que me hacían falta.
Por la tarde, tiendas y paseo. Nos encontramos a A., que vive al lado de mi residencia (por fin alguien cerca) y se vino. Luego, fuimos a mamie bigoude, crêperie de obligatoria parada, dos calles más abajo de la mítica place plum. Allí fue donde nos comimos esos señores crêpes de la imagen. El primero, de fresas, chantilly y frutos rojos; el segundo, de marron glacé, helado de vainilla y nueces.Van Gogh y Rembrandt, respectivamente.
Que buena pinta! y como mola la creperia :) Estoy preparando una obra para ti para pronto poder interpretarla
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