El otro día, al salir del cine, nos encontramos con un conocido austriaco estudiante de musicología. En un principio pensé que vendría a ver la siguiente sesión, ya que salíamos las últimas de la sala. Pero qué va. Le preguntamos y nos contó que un día el profesor de Culture et Société del CUEFEE los trajo de visita al cine y les explicó que el trabajaba de "voluntario" rompiendo las entradas cuando la gente entra en la sala a cambio de películas gratis. Resulta que este profesor (¡eso sí que es un profesor!), como tenía contactos allí, les ofreció a sus alumnos ese mismo puesto de "trabajo" y Gerhard, claro, lo aceptó. Así que mi amigo austriaco estaba allí trabajando. En el cine de detrás de la catedral, en el cine de versión original, en el cine que solo pone pelis buenas en su cartelera. Obviamente, me quedé encantada con la idea de ese puesto de trabajo. También envidiosa, para qué negarlo. Así que nada más llegar y por no quedarme con mal sabor de boca, busqué la página web de los Cinéma Studio y mandé un mail ofreciéndome por si surgía algún que otro puesto similar. Por si cuela, me dije.
La sorpresa ha sido abrir hoy el correo y ver que ha colado. Todavía no me creo mi buena suerte.
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