Me ha dado por pensar que si me dedico solo a escuchar, nunca aprenderé a hablar. Pero quizás ame escuchar. O tal vez hasta que no considere que tengo cosas interesantes que decir no me apetecerá más que ver películas, asistir a conferencias, teatros y buenos conciertos.
Entonces, ¿qué cosas interesantes puedo tener que contar? Me dedicaré a buscarlas. Las historias, las opiniones, las ideas. Habrá que vivir un poco.
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