sábado, 31 de marzo de 2012

Miró

Caramelo, nata, trocitos de macarons y helado de chocolate

Francia es lo que tiene: es muy gastronómica la chica. No es mi culpa, lo prometo. Solo que caminar por sus calles significa embriaguez de mantequilla y exquisiteces que se te meten en el ojo y en la nariz, haciendo llorar a tus papilas gustativas que segregan ganas de probarlo todo. Malditos gabachos. ¿Y sabíais que las francesas según un estudio son las más delgadas de toda Europa? Ironías de la vida, bromas del azar. 

La cosa es que está aquí mi señora madre y desde ayer la visita ha sido culinaria. Ayer crêpes y galettes en Mamie Bigoude, hoy cuscús (de una servidora) y nougat de Tours, Le veritable. Muy rico, muy rico todo. Y esta noche, ¿qué? Miedo me da.


viernes, 30 de marzo de 2012

Speculoos, tarta de queso, fresas y frambuesas



Hoy recibí el segundo pago de la beca Erasmus. Arreglé un asunto de incompatibilidades de dos exámenes. Me dejaron salir media hora antes de clase. Entregué mis papeles de la CAF. Comí tortilla de patatas. Una francesa dudó de si era francesa o española. Lloré de felicidad escuchando una canción. Me llamaron diosa tras probar esa tarta. 

Mañana viene mi madre a verme y será otro día. Pero hoy n'a été pas mal déjà. 

martes, 20 de marzo de 2012

domingo, 18 de marzo de 2012

Noche de peli

Le gané dos apuestas a A. Una de ellas me ha llevado a cenar una rica tortilla de patatas caseras y a recordar Titanic. Se me ha hecho más corta de lo que pensaba, además nos hemos reído más que otra cosa (tommyyyyyyyy!!).
PD. no me acordaba de que Leonardo di Caprio salía tan guapo, la verdad.

Estocolmo, los amigos


sábado, 17 de marzo de 2012

Estocolmo, la historia (más o menos)

Estocolmo es una ciudad formada por islas que flotan en el lago Mälaren y el mar Báltico. En marzo, el sol se pone sobre las cinco o cinco y media de la tarde, lo que no impide que a las doce brille con fuerza reflejándose en las aguas que bañan la ciudad. Tiene un aire a las ciudades de cuento que vi en el anterior viaje. Sin embargo, el cuento se combina con la innovación y las altas tecnologías. Entre puente y puente, se oye el efecto doppler de los coches que no dejan de hormiguear. ¡Menuda ciudad! Dicen, me cuentan, que es dueña y señora de la circunferencia hecha edificio más grande del mundo. Qué cosas. ¡Del mundo!, bonita etiqueta, eh. Y aunque en ese globo se hacen conciertos y espectáculos varios no entramos, no. Ya costó demasiado tomar el metro solamente (2 euros el billete sencillo si compras pack de diez). Porque cualquier país no puede presumir de contar con el copyright de IKEA y de una niña de trenzas pelirrojas pizpiretas, todo a la vez, y quedarse tan pancho, no. Que todo tiene un precio, señores. Como el de nuestro hostal, que por 20 euros la noche nos dio limpias camas y duchas, todas decoradas con su marca internacional, por supuesto. Cómodo y céntrico, el que más, y con un Lidl bien cerquita para arreglar el más mínimo desmayo. La parte práctica, tal vez, nos hubiera salido redonda del todo comprando algo así como la Carta de Estocolmo, puesto que todo cuesta y cuesta mucho, y el sumatorio de los costes puede llegar a ser mayor que el de la dichosa cartita que te permite entrar en muchos sitios "gratis" y tomar todo el transporte público que quieras también. De todos modos, a pie se hace Estocolmo. A pie y a barco. Un paseo con mantas incluidas, viento en la cara y a toda vela, le despierta el ánimo y la curiosidad hasta al más apático. Curiosidad para la que recomiendan pasearse el centro, asomarse por el fabuloso Ayuntamiento, rodear el puerto, meterse en la calle más estrecha, disfrutar de su mágica vida nocturna, de la autenticidad de sus mercados, de la puesta de sol desde lo alto de la ciudad, del hielo de los bares... 

PD. ¿Preocupación por la comunicación? Ocúpense de su propio inglés y todo marchará sobre ruedas. No exagero si digo que desde el anciano al niño hablan la lengua inglesa como si de un segundo sueco se tratara. 
PD2. No merece la pena entrar en el palacio real ni en el museo del Vasa ni en el parque que recrea la vida tradicional sueca. 
PD3. Todo muy muy caro. La cerveza más barata, seis euros. 
PD4. Volveré. 


 Embutida en la capa de Blanca-nieves que te dan en el bar de hielo.


Las vistas (¡gratuitas!) desde un edificio del centro


Uno de los mercados tradicionales. Todo tan bien puesto que dan ganas de comprarlo. El otro mercado, de interior, un estilo al de Cádiz, me enamoró. 


A la salida del ayuntamiento esnifando lo que a mi me parecía mar. Luego dedujimos que sufrí una p.o.i. (percepción olfativa ilusoria) provocadas seguramente por mis ganas de oler a sal. 
Las vistas desde esas puertas al agua se ven desde las ventanas de toda la galería del ayuntamiento. En la galería, una pared la ocupan las ventanas que dan al agua y a una parte de la ciudad; la otra, debido a la imposibilidad de adjuntar otra fila de ventanas, está pintada con el supuesto "reflejo" de lo que se ve por la fila de la izquierda. El príncipe apostaba por su labor de artista y se tomó cinco años para pintar al fresco esos motivos. 


Las salas del ayuntamiento son una maravilla. Empezando por la sala azul, donde se celebra el banquete de los premios Nobel y terminando por la sala dorada. Un amplio espacio recubierto de teselas de oro con motivos más griegos que escandinavos. Criticada por ese mismo motivo, hay que decir en su defensa que esta buena y gigantesca señora representa a la ciudad de Estocolmo en cada rasgo de su ser. Por ejemplo, sus cabellos disparatados que pueden recordar a los de Medusa son símbolo de las aguas que rodean a la ciudad. Para mi gusto, una preciosidad. 
Cabe mencionar que se trata de un sitio muy concurrido para casarse, puesto que solo ofrece ventajas: cualquier ciudadano del mundo, hetero u homosexual puede venir a casarse a Estocolmo completamente gratis. Eso sí, la lista de espera es de unos seis meses y las ceremonias no duran más de tres minutos. 


The Globe, como el de Londres, acoge espectáculos varios.


Una noche en un pub con concierto de jazz en directo. El ambiente: muchos tipos mayores y felices, buena música, variopintos objetos colgando del techo.


Vi un carnero. Y una vaca, y un reno y un caballo de los típicos de allí. Animalejos muchos y típicos, por lo visto.



Señora con perro. Paseo matutino.


Saliendo del ayuntamiento, se abren las puertas al agua.


La catedral, rara en su especie. Me encontré con esta escultura de San Jorge matando al dragón.


Una cosa muy graciosa de esta ciudad son sus señales de tráfico. Esta, evidentemente, está tuneada pero había muchas otras que no y aun así sorprendían por su rareza. ¿Quién iba a pensar que se encontraría con recomendaciones de "dejar de cogerle la mano a los niños pequeños con los que vayas a partir de esta esquina de la calle"?


En el bar de hielo te "regalan" una bebida con vodka y sabor a frutas servida en vasos de hielos cúbicos sobre mesas de hielo resbaladizas. La música, al final, es lo que más ayuda a entrar en calor. 

La otra cara de la Erasmus


Llevamos 17 días de retraso con respecto al segundo pago de la beca. La UPO mantiene que no habrá suspensión de pagos pero que tampoco puede dar la fecha en la que cumplirán con su parte. Así están las cosas. 

lunes, 12 de marzo de 2012

Qué mala es la France...


Huyo de este inicio de primavera y me voy a Estocolmo

Salgo a la calle con sudadera, el sol brilla, los árboles pelones y esqueléticos del invierno comienzan a echar hojitas rosas, he comido fresas, se acerca el final del curso en Francia. Pero aun quiero disfrutar  más del invierno, así que en un último esfuerzo masoquista me preparo para un avión que me deje en un país de esos de ahí arriba. Un poco más de Europa para el cuerpo.

PD. Iba a contar la historia del viaje anterior. Iba. No sé por dónde empezar, así que la dejo para la narración oral. Os quedáis mientras con la información y las pocas imágenes. Ya veré qué cuento y qué no de Estocolmo.

PD2. Mirad que radio más divertida me han descubierto este fin de semana.

viernes, 9 de marzo de 2012

Recorriendo Europa, la información

Sería conveniente recordar los siguientes datos en vista de futuros viajes vuestros o míos por estos lugares:


Hostales altamente recomendables: 


-Caterina Hostel, Budapest : Céntrico. Unos 6 euros la noche. Vas subiendo las escaleras y no sabes qué esperarte: o algo muy bueno o un desastre. Entras y descubres que, en realidad, tienes un piso para ti y tus acompañantes, con suelo de parqué, cocina, dos cuartos de baños y techos altos. Todo, en general, bastante limpio. Ordenador con Internet gratis solo de siete a diez de la mañana. El desayuno (pan, queso de untar, mermelada, café o té) está incluido.

-Labyrinth Hostel, Viena: Céntrico, muy bien situado. Unos 15-20 euros la noche. Habitaciones muyyy largas con muchas literas. Si tienes suerte con la gente no hay problema. También con cocina pero sin desayuno. Con un ordenador por habitación larga con acceso a Internet. Los baños apestan pero el conjunto no está nada mal.

-Chili Hostel, Praga: Céntrico. Unos 7 euros la noche. Una mezcla del primero y del segundo. Cuartos más privados, suelo de parqué pero pocos baños por personas. Hay cocina y sala de estar con bastantes ordenadores e Internet. Te dan toallas además de las sábanas. La chica de recepción es de Sevilla.



Transportes:


-Cogimos dos buses con esta compañía: "Student Agency". Para viajar por Europa, genial. Buses baratos (13 euros, cuatro horas, Viena-Praga y 60, 14 horas, Praga-París), con descuentos para jóvenes (se debe marcar la opción Euro<26 si se tiene el carné joven al comprarlos por Internet) y completísimos: con azafata que te ofrece cafés, tés y chocolates gratis durante todo el viaje; asientos cómodos dentro de lo que cabe; pantallas delante de cada asiento para elegir tu mismo la música, las pelis o las series que quieres ver o en su defecto, con pantalla grande y pelis durante todo el viaje.

-Metros y tranvías, transporte público. Aunque parezca que son gratis, no lo son. Hay multas importantes, si no que nos lo digan a nosotras (800 coronas checas por no llevar picado un ticket de metro, ¡van a por los turistas!). En ciudades como Praga, teniendo el albergue cerca, no merece la pena coger mucho el metro, así que si se hace, valdrá con comprar los billetes sencillos. En Viena, sin embargo, por 13 euros tienes un billete para 72 horas que a nosotras nos salió rentable, todo depende de cada cual, claro.
En los buses y en los tranvías, los conductores tienen un cristal protector, no está permitido hablar con ellos, así que si se tienen dudas sobre las paradas no queda otra que preguntar a los pasajeros.



Cambios de moneda:


-En Viena, euros, menos mal.

-Para el resto, lo mejor es sacar dinero directamente desde un cajero de allí. Lo suyo es ir con la cosa bien estudiada para tener que sacar solo una vez y no te cobren por sacar varias veces. Además, se puede pagar con tarjeta en muchos sitios. Insisto, es necesarios saberse muy bien la conversión para que no te estafen o para que simplemente no compres una botella de agua por un precio desorbitado sin darte cuenta porque piensas que 100 x tiene que ser poco.



Cosas que NO hay que hacer:


-Comprar entradas para un espectáculo de "teatro negro" en Praga: te lo pintan muy bien y luego no es más que un teatrillo de aficionados para turistas

-Gritarle "nahailo" a la gente por la calle

-Comprar la mega-entrada conjunta para el palacio de Sisí y varias por el estilo llenas de vajillas cursis en Viena

-Vivir con horario español. TODO cierra como muyyyyy tarde a las cinco o las seis



Cosas que SÍ hay que hacer:


-Darse un baño en las termas al aire libre de Budapest

-Concertar y hacer la visita guiada gratuita en español del Parlamento en Budapest

-Si el viaje va a continuar, comprar provisiones en un supermercado de Budapest, que es más barato

-Ver El beso de Klimt en Viena

-Entrar en la ópera de Viena a ver una por 3 euros (eso sí, de pie y al final del todo)

-Probar la tarta Sacher en Viena

-Ir a comer al Centimeter en Viena

-Probar la sopa encerrada en pan de Praga

-Saber inglés

-Hacer el "free tour" por cualquiera de las ciudades


Recorriendo Europa, las imágenes


Budapest desde el mirador de los pescadores


Muro dedicado a Lennon en Praga


Praga desde las alturas


Casas de colores en un día soleado en Praga


Casa Hundertwasser, Viena

martes, 6 de marzo de 2012